Sobre la mesa un precioso mantel, con delicadas fuentes conteniendo
frutos. Las fresas que no falten, rojas como la pasión, dulces
jugosas como sus labios.
Ella:
Tan bella, con ese elegante
vestido que dibuja su figura estilizada marcando su cintura y sus tersos senos. Exhibiendo sus piernas aún más bellas ayudadas por
los tacones de las preciosas sandalias que descaradamente perfilan más sus delicados y perfectos
tobillos. Su pelo recogido, ligeramente sujeto por una preciosa horquilla estratégicamente situada para ser retirada con un solo gesto. Lleva ese perfume que tanto le gusta, con el que se siente
tan identificada.
El:
Varonil, vestido para la ocasión,
sus zapatos relucientes, tan masculino con ese traje que le arma esa figura tan
viril, luciendo sus fuertes manos y ese semblante de seguridad.
La música abraza el entorno, es perfecto, romántico, marca y
acusa casi con rabia de quererse, amarse, entregarse.
Todo dispuesto:
La seducción es el
principal ingrediente, la obsequia un precioso ramo de flores, se las entrega mirándola a los ojos y
susurrando a su oído. Busca entre su recogido, localiza esa horquilla estratégicamente
colocada, la desprende. la sensualidad de su gesto provoca que la melena de su
amada se deslice sobre los femeninos dibujados hombros, sedosa, insinuante,
provocadora.
El, apasionadamente acaricia su pelo, lo huele, suspira, toma su cintura con
firmeza, transmitiéndola confianza, posa sus labios sobre los de ella, solo rozándose,
elevando el nivel de deseo.
Nada altera el paisaje, todo es perfecto, el aroma de las
flores, la sutileza de sus perfumes, el decorado frutal, el calor de las velas,
las acompasadas notas musicales.
Provocador escenario donde las feromonas ocupan un lugar
privilegiado. Provocador escenario, persistente, en sus caprichos que no
ceja en su intención y lo consigue.
Se miran a los ojos, se abrazan, se susurran, se desean,
así, escenifican su escena, uniendo sus cuerpos, y
disfrutando el uno del otro apasionadamente, haciéndolo como se le hace el amor
a la vida, despacio pero sin pausa.
En el instante álgido, a punto de culminar, cuando todo era tan
real, sentido, vivido, soñado, deseado, se une un tercero.
Abre los ojos, se pregunta ¿Qué es esto?
Y vuelve a la realidad, se contesta ....Un Sueño
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